Las velas del infierno invaden los bordes de la bañera.

Todo tipo de sentimiento está presente. Sigo escribiendo para aquel periódico publicado diariamente en Nueva York. ''Comprendo perfectamente el enunciado del problema, pero dudo de tu sinceridad.''

Doy el último trago de té, está frío.

Miro por la ventana. Todo está verde, el sol ha estado a mi vera durante todo el día, ahora se quiere esconder.

Una llamada en espera. Un ''pause'' a la lista de reproducción. Apago la tele. Apago el ordenador.

Abro la ventana, puedo respirar esta ligera brisa, consigo cerrar los ojos y dejar la mente en blanco.

Interpreto todo tipo de sentimientos. Los zapatos han caído al suelo.

Dentro de mi mente, un dibujo se está creando. Un dibujo que me avisa de lo que no debo de hacer, un dibujo que va por delante de mis pensamientos.

En la calle ya no queda luz, la soledad invade el poblado. Todos callan, todos huyen. Todos, todos menos yo.

Sigo con el poderoso drama. Sigo con mil versos en mi mente. Sigo contemplando el dibujo de mi conciencia.

Dejo caer un suspiro que voltea la cortina.

Buenas noches mundo.

''Con el cuerpo y con el alma

con la mente y con el corazón''

Lucía, que nunca dejará de escribir.